SANTA TERESITA PATRONA DE LAS MISIONES
“¡Ah, lo que nosotros le pedimos es trabajar por su gloria, amarle y hacerle amar!”
Santa Teresa de Lisieux, en una carta al Abate Belliere.
En esta frase sintetiza todos sus deseos, ansias de traer a todos nosotros el Evangelio. Pero ¿De dónde surgió esta idea en su cabecita? Todo inició gracias a la fe tan fuerte que su familia tenía y desde pequeña se le leían vidas de grandes misioneros, lo que la llevó a querer ser como ellos. Una historia particular de ella es que cuando tenía alrededor de 14 o 15 años, en París se conoció de un hombre que había asesinado a tres mujeres en dicha ciudad, este hombre fue sentenciado a muerte, al enterarse ella de esto empezó a orar por su arrepentimiento y su conversión, pues se tenía entendido que él no había querido confesar lo que había hecho, y esto la entristecía mucho. Al momento en el que él iba camino a la guillotina, besó un crucifijo varias veces y confesó su crimen. Esto lleno la lleno de alegría, y a partir de este momento Teresita decide orar por todos los pecadores del mundo. Ella entró al convento desde muy pequeña, y para cumplir su deseo de tener también una vida contemplativa, entra al Carmelo. Es aquí donde ella se centra en su misión, “amarle y hacerle amar”. Un día ella se queda mirando una estampa de Nuestro Señor Crucificado, veía su sangre derramada y sentía un dolor inmenso al imaginar que nadie se desvive por recogerla; además en su corazón retumbaba los gritos de Jesús en la cruz “¡Tengo Sed!”, Teresita entendió muy bien a que se refería Nuestro Señor con esto, no era beber agua, es una sed de almas a la que ella estaba llamada a saciar, pero no solo de almas de sacerdotes o religiosas; desde la biblia comprendemos que Dios se alegra mucho por traer de vuelta a Él esa oveja perdida, entonces esta sed se sacia de almas de pecadores, almas que arden en el fuego, y es por Teresita a través de su pequeñez en la que se sentía se abandonó a sí misma para poder darse a los demás y así saciar esta sed que Nuestro Señor tiene, esto ella lo hace a través de la Oración, esa es su misión, orar por la conversión de las almas.
Además, entendemos que su trabajo de salvar almas y proclamar el Evangelio no fue solo una tarea terrenal, sino que es una tarea constante que ella comprendió y sigue cumpliéndola con todo el amor del mundo porque cada deseo que Dios pone en nuestro corazón no es imposible.
En Santa Teresita, hay algo en particular que caracteriza su actuar, para ella el amor lo es todo y lo muestra a los demás a través de la caridad y su sencillez, la grandeza de su pequeñez se ve en la siguiente frase de ella:
“Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”
Pero como entender un pensamiento tan grande a través de la pequeñez que desbordaba su actuar, Teresita por medio de sus escritos quiso dejar ese mensaje, a pesar de sentirse como un pequeño pajarillo incapaz de alcanzar las inmensas alturas de las águilas nunca deja de mirar el sol, ese sol divino que el pajarillo quisiera alcanzar…, ¿cómo comprender eso?, ¿será acaso que solo las águilas pueden alcanzar esa inmensa altitud?, claramente parece inalcanzable el vuelo del águila, pero eso no deja que ella deje de contemplar el sol, a pesar de sentirse tan diminuta ella siempre se abandonó en Dios y se dejó inundar por su amor infinito, y a partir de esto ella plasma en sus relatos muchas enseñanzas, entre ellas la misión, pero…, si ella vivía en convento ¿Qué tipo de misión pudo hacer allí?.
Santa teresita del niño Jesús siempre tuvo deseos muy grandes de entregarse a Dios, sin embargo, siempre señalo su pequeñez logrando configurar así una novedosa forma de la espiritualidad para su época, es así como ella siempre tubo voluntad de servir al prójimo a pesar de vivir en un convento, llevar al mundo entero dentro de sí y no poder traspasar las paredes donde se encontraba, por ende ella entra en profundas oraciones dedicadas a todos los sacerdotes y misioneros alrededor del planeta, esto lo hizo hasta en sus últimos días a pesar de las fuertes secuelas causadas por la enfermedad que padecía.
Por todo eso tan grande que hizo ella, ofrecer su vida por los demás, abandonarse en sí misma para darse a los demás en oración, Orar por quienes aún no aman a Jesús, por la conversión de estas personas, su forma de Orar, y muchas cosas más no es extraño que haya sido declarada Patrona Universal de las misiones, su doctrina y ejemplo de santidad han sido recibidos con gran entusiasmo por todo el mundo, no solo los católicos o cristianos, además de ser Patrona de Francia junto a Santa Juana de Arco, quién desde siempre fue una fuente de gran inspiración, Teresita fue declarada Patrona de las misiones el 14 de diciembre de 1927, casi tres años después de su canonización por Pio XI.
Es aquí donde nos damos cuenta de que su vida y Oración nos hace ver llamados y llenos de entusiasmo a seguir ese “caminito” que ella nos dejó, ¿Estás dispuesto a seguirlo?
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