Contexto histórico de Santa Teresa de Jesús
Los seres humanos, desde una visión teresiana, somos seres integrales que nos vemos atravesados por múltiples dimensiones y situaciones que construyen lo que somos. Una parte esencial de ese proceso la constituye nuestro entorno social y cultural que, como podemos suponer, influye profundamente en la formación de la persona. La sociedad en la que nacemos tiene sistemas de creencias, de actitudes, de acciones y pautas de convivencia, a las cuales somos expuestos y nos empiezan a moldear.
Sin embargo, no somos simples esclavos de nuestra cultura, nuestras experiencias personales nos permiten entender hasta qué grado realmente concordamos con el curso de la sociedad o, por el contrario, anhelamos y buscamos un cambio.
Los espíritus rebeldes -si se permite la expresión-, como el que tuvo una mujer como Teresa, profundamente marcada y traspasada por su contexto social y por cada situación que veía a su alrededor, son difíciles de forjar en cualquier época, pero en la Medieval era algo particularmente providencial. En este sentido, comprender la importancia que tuvo esta mujer para la Iglesia y para la sociedad en general, es algo que solo podemos hacer, si nos fijamos en sus condiciones socio-culturales para entender cómo, entre tantas limitaciones y dificultades, logró dar fruto una misión que fue encomendada desde el seno de Dios, a una mujer con determinada determinación.
Habiendo revisado algunas de las características más notables del Siglo de Oro, del papel de la mujer en el mismo y también en la Iglesia y, notando la crisis tan fuerte que vivía la Iglesia y el Carmelo en la época de Santa Teresa de Jesús, podemos entender la importancia histórica y espiritual de una comunidad como el Carmelo Descalzo, una respuesta desde la fe a las limitaciones y crisis humanas que vivía nuestra Iglesia en esa época.
El ejemplo de Teresa nos interpela, pues fue una mujer que supo escuchar la voluntad de Dios y seguirla con total decisión, sabiendo de todas las barreras sociales que iba a tener que enfrentar, sin dejarse llevar por la angustia o tal vez la rabia de en muchas ocasiones saberse perseguida. No lo sabemos, pero, quizá Dios quiso que todo se diera de esta forma para mostrarnos la grandeza de sus obras y cómo Él siempre es capaz de sacar el bien de situaciones que parecen terribles. Que esta historia que hemos conocido, ratifique nuestra fe.
MJC Cali
Comments